En compañía del botánico francés Aimé Bonpland, con quien ya había viajado a España, recorrió casi diez mil kilómetros en tres grandes etapas continentales. Las dos primeras fueron en Sudamérica (a partir de Caracas hasta las fuentes del Orinoco y la segunda comenzó de Bogotá a Quito) y la última por las colonias españolas de México.
Como resultado del viaje, logró una recopilación de grandes cantidades de datos sobre el clima, la flora y fauna de la zona, así como determinar longitudes y latitudes, medidas del campo magnético terrestre y unas completas estadísticas sobre las condiciones sociales y económicas que se daban en las colonias mexicanas de España. Entre 1804 y 1827 vivió en París, donde se dedicó a recopilar, ordenar y publicar el material que había juntado en la expedición, contenido todo en treinta volúmenes que llevan por título Viaje a las regiones equinocciales del Nuevo Continente.
De entre los descubrimientos científicos provocados de sus expediciones se puede indicar el estudio de la corriente océanica de la costa oeste de Sudamérica que por mucho tiempo llevó su nombre, un nuevo sistema de representación climatológica en forma de isobaras e isotermas, los estudios de comparación entre condiciones climáticas y ecológicas y, lo más importante, sus conclusiones sobre el vulcanismo y su relación con la evolución de la corteza terrestre.
En 1827 volvió a Berlín, donde desempeñó un importante papel en la recuperación de la comunidad académica y científica alemana, maltratada tras décadas de guerra. Fue nombrado con el título de Chambelán del rey y se transformó en uno de sus principales consejeros, por lo que hizo varias misiones diplomáticas. En 1829, por encargo del zar, realizó un viaje por la Rusia Asiática, en el curso visitó Dzhungaria y el Altai.
Humboldt está considerado como uno de los últimos grandes ilustrados, con una gran cultura enciclopédica, cuya obra tomaba campos tan distintos como los de las ciencias naturales, la geografía, geología y física.
muy bueno!!!!
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